lunes, 17 de agosto de 2015

El fotógrafo del tiempo

Nicholas Nixon (1947-)
No se debe comparar la fotografía con la pintura, son distintas formas de expresión. Decir que la fotografía es un arte menor comparada con la pintura es caer en el mismo error. Excepto cuando intencionalmente las fotografías quieren parecerse a los cuadros: la foto de una puesta de sol puede gustar, pero cuando uno ha visto una puesta de sol fotografiada, ha visto mil; sin embargo, cada vez que Monet pintaba un crepúsculo estaba creando una obra diferente. 

La fotografía es la captura de lo instantáneo, esa fotografía que de pronto es un espejo de la vida en un instante. Miren las fotos de Kapa , de Cartier-Bresson o de Cristina Rodero. Otras fotografías son más elaboradas: estudian la profundidad de campo, la situación de las formas, las sombras, la luz, el color (si lo hay), de manera que el conjunto sea armónico o deliberadamente irreal. Todo esto debe estar en la mente del artista antes de oprimir el  disparador. Si el fotógrafo acierta, esa imagen nos dirá algo al contemplarla. La aproximación más cercana entre pintura y fotografía es el retrato, y tal vez con ventaja de la fotografía. En la captación justa de una mirada, de una sonrisa o un semblante desolado, es muchas veces más veraz la cámara fotográfica que un cuadro elaborado con lentitud.

Nicholas Nixon (Detroit, 1947) no se ajusta demasiado a estas reglas. Enfoca su cámara grande -un negativo de 8x10 pulgadas- como una manera de descubrir el mundo que le rodea en un momento determinado.

No le preocupa tanto la perfección técnica de la imagen, como expresar un sentimiento: el suyo propio o el del objeto que capta. Las fotografías de Nixon quieren convencernos  de que lo que estamos viendo es la verdad. (1)



Fotografía niños en escenas no preparadas que transmiten una difícil espontaneidad. 









O grupos de familia en los que puede haber seis o más personas que no parecen darse cuenta de que las están retratando. Sin embargo el sentido de la forma y la proporción que les da el fotógrafo, consigue que lo fortuito se convierta en inevitable.






Se introduce en el ambiente de los barrios marginales de Boston y Nueva York. 




Fotografía personas en los asilos de ancianos , ciegos , enfermos y moribundos.Más específicamente capta el dolor y la desesperanza de los enfermos de sida.








 A veces puede parecer un intruso cuando se acerca a la intimidad de la pareja, pero su mirada es honesta, alejada de cualquier propósito erótico.








Nixon pregunta: "¿Qué es el tiempo? ¿Cómo podemos vivir en este tiempo limitado que tenemos? ¿Cómo podemos ver las cosas y las personas en este tiempo? "  Y se contesta a sí mismo: ''El mundo es infinitamente más interesante que cualquiera de mis opiniones al respecto".


En 1974, Nicholas Nixon fotografió por primera vez a su mujer, Bebe, rodeada por sus hermanas (Bebe es la segunda por la derecha). Cada año repitió la misma fotografía, con la misma colocación de las mujeres, y todavía sigue haciéndolo. La secuencia contenida en este vídeo es un acercamiento tremendamente humano, y al mismo tiempo aterrador, al paso del tiempo.  


 1.- Salvo excepciones, Nixon no titula sus fotos. Muchas de estas series están expuestas en el MOMA de Nueva York y la Fraenkel Gallery de San Francisco.