sábado, 1 de marzo de 2014

Pescadores (sobre una foto de Margarita Burgueros)


Soberbios lectores

La escritora Marta Sanz, en su sección Ni hablar, de El CULTURAL, publica un artículo titulado El Lector  en el que habla de usted y de mí y de otros muchos, o sea, de todas las personas que leen libros. Es divertida su enumeración de calificativos, elogiosos o despectivos,  que pueden aplicarse a escritores (y escritoras). Sin embargo el lector no tiene calificativos: "El lector es siempre el lector a secas". Desconcertante. Nunca pensé que yo fuera lector a secas. Y pensándolo mejor, me parece que los lectores no son en absoluto lectores a secas y se les pueden aplicar - como a los vicarios o a los fontaneros- toda suerte de calificativos, los que ella enumera y otros más. "Siempre tiene razón (el lector). Como el cliente de la pescadería que mira el ojo turbio del besugo". Cielos, doña Marta, estoy seguro de que yo no compro libros como si fueran besugos. Ni nadie, espero. Tampoco entiendo lo de tener siempre razón. ¿Ante quién? Porque si hay algo que despierta una gran diversidad de opiniones es precisamente un libro. "Los lectores con sus interpretaciones completan el significado de un texto". Esto se entiende mejor. Es poético lo que sugiere: una comunión intemporal y casi mística entre el escritor y su lector. ¿Pero qué posibilidades tiene el escritor de experimentar ese sentimiento? Muy escasas, porque quien de verdad lo siente es el lector que se ha sentido conmovido con un libro y busca con ansia otros títulos del mismo autor, y puede que, en efecto, sus pensamientos completen el texto, pero solo en su particular comprensión, íntima, individual y pocas veces transferible. Una vez escribí a un escritor para decirle que su forma de escribir me inspiraba amistad. Creo que le gustó. Otras veces he expresado una opinión negativa sobre una novela. Eso no quiere decir que tenga siempre razón. Supongo que todo escritor busca un lector que le entienda. También le hubiera gustado a Van Gogh que sus cuadros fueran comprendidos antes de morir, y a Bach que "El Arte de la Fuga" fuera interpretada antes del siglo XX.

"Fomentar la soberbia del lector es una estrategia publicitaria de la sociedad de consumo". La verdad, no sé a qué se refiere. ¿Se vuelven soberbios los lectores porque han comprado un libro muy publicitado? ¿Es un ataque subliminal a los lectores de best sellers? Lo cierto es que todos libros se auto publicitan a sí mismos, basta con leer la contraportada donde se exhiben todas las virtudes de libro y autor y ninguno de sus defectos.

En fin, estoy con usted en que a mí tampoco me gusta que me doren la píldora, pero no creo que nadie forme parte de un bloque antiautor, ni que se pueda acusar de soberbia global a todos los lectores en conjunto. A no ser, claro, que tal afirmación sea sostenida por un crítico literario, porque entonces ya es una batalla  diferente. Hablaremos de esto en otra ocasión.


El artículo de Marta Sanz pueden leerlo en: http://www.elcultural.es/opinion_articulos/OPINION/Ni_hablar/10/161/1