sábado, 2 de noviembre de 2013

Meditación


Oliver Twist en el Siglo XXI

Después del erotismo plastificado de las 50 sombras (que solo conozco por referencias) y sus grises y muy exitosas secuelas, uno se acerca con cierta prevención a las novelas de Sarah Waters, una escritora de éxito devota del amor sáfico. Investigo un poco y descubro que la tesis doctoral de esta escritora británica se tituló: "Wolfskins and togas : lesbian and gay historical fictions, 1870 to the present", y que utilizó esta información para escribir sus novelas.

He leído dos de sus libros: El lustre de la Perla (Tipping the Velvet, 1998) y Falsa identidad (Fingersmith, 2002), ambos editados por Anagrama. En ellos uno se ve sumergido en el dickensiano y sórdido Londres de la época victoriana y en su no menos sórdida vida social, con descripciones sencillas, pero eficaces, y personajes fantásticos que viven episodios increíbles, pero que uno se los cree como se cree Los Tres Mosqueteros o 20.000 leguas de Viaje Submarino. Sus atormentadas protagonistas, sin embargo, no parecen tan antiguas: son mujeres de nuestra época trasladadas a finales del siglo XIX. En la forma de contar de Sarah Waters puede percibirse una sutil ironía, con la que quizás nos da a entender que ella misma es consciente de la inverosimilitud de su relato. Pero esta ironía no le impide transmitir al lector el afecto que siente hacia sus personajes, incluidos los más malvados.









¿Pero hay erotismo? Pues sí, hay erotismo y amor lésbico, pero contemplado desde un punto de vista emocional; nada que ver con las clínicas descripciones del porno más o menos light de los best sellers de hoy en día. En Inglaterra, estos libros han dado origen a series televisivas. Si buscan una literatura de evasión (si es que esto tiene algún significado), algo diferente a nuestras amadas novelas policíacas, pueden leer a Sarah Waters.