miércoles, 9 de octubre de 2013

Compositores olvidados


Raoul Dufy, El gran concierto, 1948


Guillaume Lekeu (1870 - 1894) fue un compositor belga que solo vivió 24 años. En ese corto periodo de tiempo compuso una música sublime. Fue alumno de Cesar Franck y Vicent d'Indy. Aunque gran parte de su obra es fragmentaria e incompleta, nos dejó una de las sonatas para violín y piano más bellas de la historia. Algunos expertos piensan que esta sonata es la que Proust, en su novela En busca del tiempo perdido, atribuye al músico Vinteuil. Es posible imaginar hasta dónde hubiera podido llegar Lekeu si su vida hubiese sido más larga. Pero una fiebre tifoidea truncó su prometedora carrera.


Albéric Magnard (1865 –1914) nació en Paris y estudió, igual que Lekeu, con Vincent d'Indy. Su obra es extensa, en la que destacan en especial sus sinfonías. De carácter retraído, se mostró siempre desdeñoso con la admiración pública, razón por la cual su música es hoy casi desconocida. Sin embargo Francia le convirtió en Héroe Nacional por un extraordinario episodio. En 1914, al comienzo de la Primera Guerra Mundial, Magnard envió a su esposa y a sus dos hijas a un lugar seguro a esconderse, quedándose él solo para proteger su patrimonio de Manoir de Fontaines, en Baron, Oise. Cuando los soldados alemanes traspasaron los límites de su propiedad, les disparó, matando a uno de ellos. Los alemanes le devolvieron los disparos e incendiaron la casa. Se cree que Magnard murió en el fuego, pero su cuerpo no pudo ser identificado entre los restos.




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